La iluminación es clave en la fotografía de eventos, ¡y qué desafío puede ser!
Cuando te encuentras en entornos que van desde salones de fiestas hasta jardines al atardecer, manejar la luz puede marcar la diferencia entre una foto pasable y una impactante. Te cuento las técnicas que yo uso para lograr resultados consistentes en cada situación.
Usa la luz natural cuando puedas: Si hay ventanas o iluminación natural disponible, aprovéchala al máximo. La luz suave de la mañana o el atardecer es mi favorita para capturar rostros sin sombras duras.
Flash rebotado: Cuando estoy en interiores, suelo usar un flash externo y reboto la luz en el techo o en una pared blanca. Esto ayuda a evitar esas sombras duras y crea una luz suave que favorece mucho en los retratos.
Luces continuas y LED portátiles: Para escenas con poca luz, utilizo luces LED pequeñas que son fáciles de llevar y posicionar. Estas son ideales para crear un ambiente sin alterar mucho el entorno.
Balance de blancos: Cada tipo de luz (natural, LED, fluorescente) tiene una temperatura diferente, y ajustar el balance de blancos en cámara evita que los tonos de piel se vean irreales.
Modificadores de luz: Los difusores y softboxes son mis aliados. Aunque ocupan espacio, logran suavizar la luz de forma que se ve natural y profesional.
La luz correcta transforma la atmósfera de tus fotos, y con práctica, puedes aprender a dominarla en cualquier ambiente.
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